+51 971-569-997

+51 966-143-567

+51 966-151-637

EN

English

a
a
M

Nuestros Servicios

Nosotros

Hace años cuando tenía tan solo trece, mi mamá me dijo que iríamos a visitar las Islas Palomino, espere un par de días para ir a este lugar el cual mi mamá estaba muy emocionada por ir a conocer.

Amaneció y era un día soleado y muy bonito, comí “Corn Flakes” con yogurt, mi favorito en esa época y uno de mis preferidos hasta ahora. Fuimos en taxi hacia el puerto de La Punta en el Callao.

Cuando llegamos a La Punta habían varias personas en el muelle, muchos de ellos parecían turistas debido a su forma de hablar, su tez muy clara, con lentes de sol y altos, tanto hombres como mujeres. Nos acercamos y había un hombre llamando a todos, decía: ¡Los que van a Islas Palomino por aquí! Y apuntaba hacia un pequeño bote; pensé que era muy pequeño pero igual entramos todos y subimos, algo en mi mente me decía que todas estas personas ya tenían experiencia haciendo su trabajo. Luego me llevé con la sorpresa que solo nos estaba llevando hasta un agradable yate que estaba un poco más allá del muelle de La Punta.

Al subir había personas muy amables dispuestas a ayudarnos con nuestras maletas y nos recibieron con una sonrisa y una mano para subir al yate. Nos acomodamos todos y salimos en busca de esta aventura costeña; ya estaba viviendo una buena experiencia.

En el camino hacia las Islas Palomino nos percatamos como la gran Isla San Lorenzo se hacía más grande a medida que nos acercábamos y al llegar vimos El Frontón, una antigua prisión y luego seguimos bordeando la isla hasta ver los lugares de donde sacaban el guano de la isla, nos contaron historias de que hace más de un siglo el guano fue la principal exportación del Perú hacia el extranjero.

Seguimos avanzando hacia las otras islas y vimos un grupo de lobos de mar, nos dijeron que podíamos entrar a nadar con ellos, mi mamá muy feliz entró, mientras que no había un “wetsuit” para mi tamaño; en ese entonces yo era pequeño. Vi como todos se divirtieron mucho lanzándoles una pelota a los lobos de mar y estos se la devolvían, parecía algo sacado de una película con Adam Sandler.

Luego me sentí un poco mareado porque no estaba acostumbrado a estar en un yate y rápidamente me dieron una pastilla para el mareo y me relajó bastante. El viaje duró algo de cinco horas y tengo que decir que toda la experiencia fue muy gratificante, hasta el día de hoy me acuerdo la primera de esta primera vez que fui a visitar las Islas Palomino.

Si pasas por Lima te recomendamos tomar un viaje a las Islas Palomino con nuestra empresa y vivir una grandiosa experiencia apta para todas las edades, contamos con personal altamente calificado y con experiencia que te brindarán un excelente servicio turístico.

¿Cuan útil fue este artículo?

¡Haz clic en una estrella para calificar!

Puntuación media 0 / 5. Recuento de votos: 0

¡Todavía no hay votos! Sé el primero en calificar este artículo.

Como viste útil esta publicación...

¡Síguenos en nuestras redes!

¡Lamentamos que este post no te haya sido útil!

¡Mejoremos esta publicación!

¿Cuéntanos cómo podemos mejorar esta publicación?

Pin It on Pinterest