La otrora señoriales mansiones de la Colonia yerguen todavía en muchos lugares del Cusco sus orgullosas portadas, sus escudos heráldicos de piedra y sus historiados zaguanes y jardines que, aunque muchas veces destartalados y ruinosos, mantienen todavía la hidalga jerarquía de otros tiempos.
El plano típico de estas residencias está conformado por un amplio patio rectangular o cuadrado, rodeado de galerías con portadas en arcadas circundando el patio y, generalmente, en dos plantas.
“La muralla piramidal incaica como base, ejecutada con pulidos bloques pétreos y superpuesta a ésta la mansostería a veces de adobe y otra de piedra revocada y pintada, constituyen el acento distintivo de la capital Arqueológica de América, apunta Salazar.
Son típicos también los balcones primorosos, finamente tallados y con los techos sostenidos por delgadas columnas.
Las portadas de piedra labrada, sosteniendo los blasones familiares, muchas veces se yerguen en los muros incaicos, o son las mismas portadas incas, adaptadas.
La mayor parte pertenece al periódico plateresco, el estilo más delicado de la España del Renacimiento.
Las principales casonas coloniales cusqueñas son someramente
La Casa de los Cuatro Bustos.—
Se dice que perteneció a los cuatro hermanos Pizarra. No obstante no existen datos fidedignos al respecto.
En la portada se aprecian cuatro bustos, un escudo, y un escudete. El escudo ostenta un castillo con un león, flores de lis, aspas y espada; árbol, meandro y basantes entre fajas. Al centro del escudete hay un león coronado, un compás abierto entre las garras de un león y en la orla hay la siguiente leyenda en latín: “Virtudes Disemper Servetur Presian Soris Est”.
La Casa de los Marqueses de San Juan de Buenavista y Rocafuerte
Esta casa se encuentra ubicada entre las calles Jatun-Rumiyoc y Herrajes, edificada sobre las bases del palacio incaico de Inca Roca.
Tiene una portada sencilla, columnas barrocas. Es de una sola planta.
La Casa Solariega donde nació Garcilaso de la Vega Inca.—
Está ubicada en la esquina formada por las calles Coca, hoy Garcilaso, y la de Heladeros, en la Plaza de Cusipata o del Regocijo.
Esta casona es un relicario de arte colonial y su restauración ha sido un admirable trabajo realizado bajo la dirección de uno de los mejores arquitectos peruanos, compenetrado íntimamente con la belleza de los monumentos incaicos y coloniales del Cusco: el arquitecto Víctor Pimentel.
La ancha casona que prestó albergue a la familia de Garcilaso pareciera que hablara de aquellas épocas que nos narrara el mismo inca cronista, al referirnos las alegres fiestas de sortijas, los juegos de cañas y las citas de señores rumbosos que observaba atentamente desde los balcones de su casona.
El Palacio del Almirante.—
Obra de principios del siglo XVII está situada a un costado de la Plazoleta de San Borja y al terminar la cuesta del Almirante.
La entrada está ornada con los escudos nobiliarios pertenecientes a los propietarios.
Las escaleras están ornamentadas con un fauno, medio cuerpo de León, en piedra, sosteniendo el pasamanos.
Hay artesonados muy bellos y en el patio de honor sobre cada columna hay un par de bustos decorativos.
En el siglo XVII el propietario de la casona era el almirante Francisco Aldrete Maldonado, de allí el nombre de Casa del Almirante.
Casa Concha.—
Ubicada en la calle Santa Catalina Ancha, perteneció a Martín Concha, Gobernador del Cusco en 1814
Este Recorrido puede estar incluido en el paquete turistico de la ciudad de Cusco